El estudio del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, dirigido por el catedrático Miguel Ángel Martínez-González, se ha realizado en más de 7.000 varones y mujeres de mediana edad, considerando factores como la ingesta diaria de calorías, el consumo de alcohol, el tabaquismo y la actividad física, entre otros. Aproximadamente la mitad de ellos ganó peso durante la investigación, lo que se asoció a ese patrón y al abandono de la dieta mediterránea.
“Nuestras conclusiones resultan preocupantes con respecto a la epidemia global de obesidad porque sugieren que la conexión entre estos productos y el aumento de sobrepeso que se ha encontrado en EE. UU. está comenzando a evidenciarse también entre la población mediterránea adulta y con un buen nivel de formación (titulados universitarios)”, afirman los autores.
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